La falta de actividad física puede llevar a la muerte

El sedentarismo representa actualmente el cuarto factor de riesgo de mortalidad global, según datos de la Organización Mundial de la Salud, que estima que el 6% de todas las muertes anuales, unos 3,2 millones de fallecimientos, se producen por no ser suficientemente activos.
Así lo asegura este organismo de Naciones Unidas, que lamenta el aumento del sedentarismo en muchos países y, con ello, el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes, la falta de ejercicio representa el 21-25% de las causas de cáncer de mama y colorrectal, el 27% de los casos de diabetes y el 30% de enfermedades del corazón.
La OMS establece que una persona adulta debe tener al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, considerando como tal cualquier movimiento corporal que requiere un gasto de energía, e incluye las actividades de la jornada laboral, el ocio, actividades del hogar, viajes...
En niños y adolescentes se reduce la recomendación a al menos 60 minutos de actividad física. De esta manera, dependiendo el tipo de actividad y la intensidad de la misma, se puede mejorar la capacidad musculoarticular, cardirespiratoria, disminuir el riesgo de hipertensión, de caídas, fracturas, y otras.
El problema es que actualmente el 31% de las personas mayores a 15 años no son suficientemente activos (28% hombres y 34% mujeres), según datos de 2008. Cuando centramos los datos sólo a países de altos ingresos, el porcentaje de sedentario aumenta hasta el 41% y 48% en hombres y mujeres respectivamente, el doble que en los países menos desarrollados.
Según la OMS las consecuencias de esta inactividad se traduce en un mayor riesgo de muerte, de tener menos de 30 minutos de actividad física moderada casi todos los días a no tener nada, el riesgo de mortalidad aumenta entre un 20 - 30%.



Nuevas app para detectar ataques de epilepsia y mejorar tratamiento de Ictus


La Academia de Neurología de EE UU presentará proximamente, los estudios sobre dos aplicaciones para los teléfonos móviles inteligentes que como objetivo tienen ayudar a detectar ataques de epilepsia y mejorar el tratamiento de ictus, respectivamente.
La primera de estas aplicaciones ha sido desarrollada por el ya retirado neurólogo norirlandés Victor Patteson, quien afirma : "Puede resultar difícil saber si una persona está teniendo un ataque de epilepsia. Nuestra aplicación va a ayudar a los profesionales de la salud a evaluar y hacer el diagnóstico, especialmente cuando los médicos no estén disponibles". Para crear esta app, Patteson y sus colaboradores formularon preguntas a 67 personas sobres sus convulsiones. Después, las preguntas y respuestas más útiles para predecir un ataque epiléptico se utilizaron en la creación de la aplicación.
A continuación, la app fue probada en 132 personas en India y Nepal, cuyos resultados fueron comparados con el diagnóstico de un médico. Según el neurólogo, la app fue informativa en el 87% de las personas estudiadas y estuvieron de acuerdo con el diagnóstico del médico en el 96% de los casos.
La segunda app se ha desarrollado para hacer más fácil y eficaz el cuidado de los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular agudo, desarrollada por Claude Nguyen, neurólogo de la Universidad de Pensilvania, " El cuidado de los pacientes con ictus requiere realizar muchas tareas al mismo tiempo, desde el suministro de la medicación a su evaluación para ensayos clínicos e incluso movilizar recursos para lograr las metas establecidas, señala Nguyen.
La app ya está siendo utilizada por médicos, enfermeras y personal de apoyo en la Universidad de Texas, donde inició la idea de desarrollar esta herramienta para mejorar la calidad del tratamiento, facilitar la comunicación y controlar los ensayos clínicos en pacientes con Ictus.